
La Economía Circular
Claves para iniciar el cambio de un modelo lineal a una economía circular. Inspiración para re-pensar, re-diseñar y construir un futuro sostenible adaptado a la realidad en la que vivimos.
En agosto del 2018, con tal solo 15 años, Greta Thunberg decidió iniciar una huelga. En vez de asistir a su escuela, viajaba solitaria al parlamento sueco con una pancarta bajo el brazo que leía “Skolstrejk för Klimatet” – en huelga de colegio por el clima.
Su iniciativa ha calado hondo y se ha extendido entre los escolares, quienes han replicado su huelga en más de 270 ciudades del globo hasta la fecha. Su determinación se ha visto recompensada con dos invitaciones de alto nivel: una a la conferencia de cambio climático de la ONU a finales del 2018, y otra hace unas semanas al World Economic Forum de Davos. Su mensaje es seco y directo: nuestra casa está ardiendo. Estamos a las puertas de un desastre nunca visto en nuestra civilización. Al menos que reconozcamos los fracasos de nuestro sistema actual, no tendremos la oportunidad de revertir la situación. Debemos crear un nuevo modelo capaz de salvaguardar las condiciones de vida para futuras generaciones.
El “sistema actual” del que habla Thunberg se refiere al modelo económico lineal bajo el que vivimos: extraer materia prima de nuestra tierra para fabricar productos que consumimos y que después tiramos, generando desechos: take-make-consume-dispose.
Éste ha sido nuestro mantra económico desde hace 150 años y lo hemos ido perfeccionando de manera sublima. El problema con el modelo lineal es que no comulga con la realidad en la que vivimos.
La materia prima.
Nuestra economía global depende enteramente de unos valiosos recursos que son finitos. Lo que tenemos es todo lo que tenemos. No hay más. Y cada vez queda menos. Basándonos en las reservas conocidas de nuestro planeta – y a modo de ejemplo – estudios estiman que nos quedan 118 años de carbón, 61 años de cobre, 40 años de zinc o 29 años de plata. La figuras quizás no sean exactas, pero sí sabemos con precisión que la extracción de los recursos tiene fecha de caducidad.
El proceso de transformación de la materia prima.
La energía requerida para transformar la materia prima en un bien o servicio final se realiza principalmente empleando combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural). Éstas emiten emisiones a nuestro ecosistema, elevando la temperatura del planeta e impactando en nuestro clima – este es el Global Warming o Calentamiento Global.
El consumo.
Bien sea por innovaciones tecnológicas, funcionales o simplemente de estilo, el tiempo útil de multitud de productos o servicios se ha ido reduciendo dramáticamente. La obsolescencia se ha extendido más allá de componentes eléctricos, encontrándolo también en materiales, textiles y elementos mecánicos.
Los desechos.
Los desechos generados están directamente correlacionados con los niveles de ingresos y las tasas de urbanización. Los países desarrollados (que únicamente representan el 16% de la población mundial) son responsables de una tercera parte de los desechos mundiales. El resto de los desechos (dos terceras partes) se generan en países sub-desarrollados o en vías de desarrollo. Se estima que en el año 2050 los desechos generados en países con ingresos bajos se multiplique por tres. A escala mundo (incluyendo países ricos, medios y pobres), se proyecta que los desechos incrementarán en un 70% en los próximos 30 años (de 2.010 millones de toneladas en 2016 a 3.400 millones de toneladas en 2050). Aquí el plástico se lleva el primer premio y es el que mayor impacto tiene en nuestro ecosistema (océanos, por ejemplo). En los últimos 40 años hemos pasado de vivir en un mundo con 728 millones de toneladas de plástico a uno con 8.000 millones de toneladas.
El impacto que estos cuatro conceptos – relacionados directamente con el modelo lineal – tiene sobre nuestra sociedad, nuestro ecosistema y nuestro futuro son enormes.
Nuestro modelo económico lineal fue diseñado para funcionar de una determinada manera. No fue un fenómeno que ocurrió de manera natural. Lo creamos nosotros. Y exceptuando los menguantes negacionistas incultos, contrarios a las evidencias científicas y anclados a una poluta segunda revolución industrial, es evidente para la gran mayoría que este sistema lineal sobre el que operamos no es sostenible a largo plazo.
Se requiere un giro de 180º en cómo procesamos la materia prima, en la energía que se invierte para transformarla, en la manera de consumir el producto o bien final y en cómo la desechamos. Se requiere un avance mucho más ambicioso en el reciclado para que, en vez de tratar simplemente de obtener algo del producto, lo obtengamos todo a través del diseño del propio producto. Se requiere mejorar sustancialmente el sistema operativo sobre el que funciona nuestra sociedad. En esencia, se requiere re-diseñar nuestra economía, desechar el modelo lineal e iniciar la economía circular.
¿En qué consiste la economía circular?
Se trata de un sistema regenerativo en el que nuestros recursos se mantienen en uso el máximo periodo de tiempo posible. Los productos que consumimos son diseñados desde el inicio bajo la premisa de evitar que se conviertan en desechos. Esto se logra mediante dos maneras: (i) alargando su vida útil haciendo que sean duraderos, (ii) u ofreciendo los productos como un servicio. En ambos casos, tras haber cumplido su función como producto, regresan al proceso de transformación donde son reparados, actualizados o desmantelados y reciclados en su totalidad.
Este planteamiento ideal está más cerca de lo que creemos.
Ellen MacArthur DBE y su fundación (The Ellen MacArthur Foundation) están en la punta de la lanza en cuestiones para acelerar la transición hacia un modelo de economía circular. Su iniciativa, en colaboración con McKinsey & Company, ha atraído a compañías multinacionales de peso – Unilever, Philips, Renault, Nike, H&M, Google o Danone, como ejemplos – al igual que PYMEs o poderes públicos.
Desde su creación en 2010, la Ellen MacArthur Foundation ha establecido cuatro bloques esenciales en la economía circular:
1. Diseñar sin desechos.
Los desechos no existen cuando los componentes biológicos y técnicos de un producto son diseñados, a propósito, para que encajen dentro de un ciclo de re-marketing, re-manufacturación, desmontaje o re-utilización. Los materiales biológicos no son tóxicos y pueden ser devueltos a la tierra; mientras que los materiales técnicos son diseñados para ser recuperados y renovados, minimizando la energía de entrada necesaria para la re-utilización y maximizando la retención de valor del material.
Áreas imprescindibles que compañías deben incluir en su proceso de diseño para lograr un producto circular económicamente viable son: la selección del material, componentes estandarizados, productos duraderos, diseño fácil para la separación o re-utilización de productos o materiales al finalizar su vida útil, y un criterio de diseño que posibilite aplicaciones útiles de los desechos o productos finales.
A modo de ejemplo: La compañía norteamericana Ecovative ha creado un producto de packaging mediante el empleo de micelio (cuerpos vegetativos que provienen de los hongos) que es 100% biodegradable y sustituye los envases producidos con derivados del petróleo. El proveedor de muebles para oficinas Steelcase, la multinacional tecnológica Dell o la empresa mobiliaria IKEA figuran entre sus clientes.
2. Nuevos modelos económicos.
El cambio a una economía circular requiere innovar los modelos económicos, bien reemplazando los existentes o creando nuevos. Aquí, compañías con una cuota de mercado significativas que cubren varias fases en la cadena de valor lineal pueden jugar un papel determinante en la innovación de la economía circular. Ídem para emprendedores o PYMEs. Todos tienen un rol para desarrollar nuevos modelos económicos e inspirar a otros jugadores.
A modo de ejemplo: La compañía de iluminación Philips se alió con el arquitecto holandés Thomas Rau para proveerle de un servicio de iluminación en sus proyectos. Bajo este modelo, la instalación y mantenimiento de la luz corre a cargo de Philips. Han logrado una reducción energética del 55% – 35%, y Philips un cliente a largo plazo y un nuevo modelo de negocio (servicio de iluminación en vez de venta de bombillas). A día de hoy, Philips tiene 383 proyectos que siguen este modelo en diversas industrias y países del mundo.
3. Ciclos reversos.
Un capital humano, con habilidades específicas para la reinserción de los desechos en el sistema de producción industrial, es clave. Esto incluye trabajos tan diversos como logística, separación de materiales, gestión de riesgos, química del polímero (plásticos) o biología molecular. Mediante sistemas rentables que recolecten, segmenten y traten los residuos, se logra apoyar las economías del diseño circular.
A modo de ejemplo: La compañía francesa de automóviles Renault ha creado un sistema industrial (dos filiales – Boonecomenor y Gaïa) para reciclar las partes y materiales de los vehículos que han llegado al final de su vida útil. En un momento en el que las materias primas son cada vez más escasas y más caras, Renault ha aplicado esta sensata estrategia. Mediante esta iniciativa logran generar 500 millones de euros anuales y consiguen que el 36% de la materia empleada en la fabricación de sus nuevos vehículos provenga de materiales reciclados. Sus planes de futuro apuntan a que un 85% de los materiales empleados para automóviles Renault y Dacia provengan del reciclado y un 95% de los materiales serán re-utilizables.
4. Facilitadores con la capacidad de crear condiciones que favorezcan el desarrollo de la economía circular.
Responsables políticos, instituciones educativas y líderes de opinión populares juegan un rol esencial para que la economía circular pueda desarrollarse y expandirse adecuadamente. Aquí son esenciales aspectos tales como: la colaboración, los incentivos, reglas medioambientales internacionales adecuadas o acceso a programas de financiación.
A modo de ejemplo: La Unión Europea lanzó en 2018 una batería de iniciativas destinadas a los plásticos (70% de estos desechos terminan en nuestros océanos) y guiar al mercado hacia una economía circular. La normativa incluye prohibir los plásticos de un solo uso (determinadas bolsas de plástico, vasos, platos, cubertería, pajitas, bastoncillos) para el 2021; reducir en un 25% otros tipos de plásticos (ej. cajas destinadas para alimentos) que actualmente no cuentan con sustitutivos y ampliar en paralelo su re-utilización; y reciclar el 90% de las botellas de plástico para el 2025; entre otras medidas.
Todas estas ideas están en la vanguardia hoy en día, pero necesitan expandirse. Somos esa Greta Thunberg, que inició de manera solitaria su viaje al parlamento sueco en agosto del 2018.
Y al igual que le ha ocurrido a Greta Thunberg, que ha influenciado a miles de estudiantes que siguen su ejemplo, las iniciativas vinculadas a la economía circular se comienzan a notar en la cultura mainstream, mientras que el modelo lineal de producción y consumo ha iniciado su declive.
Algunos factores que explican este cambio son: (i) los recursos son cada vez más escasos y los estándares de protección medioambiental cada vez mayores. Se va premiar aquellos negocios que extraigan valor de los desechos frente a los negocios del take-make-dispose; (ii) los constantes y enormes avances tecnológicos son una potente herramienta de apoyo y mejora para el re-diseño de los productos y los ciclos reversos; (iii) hay un cambio en el comportamiento del consumidor; importa cada vez más el acceso que la propiedad (esto ya lo vemos en la economía colaborativa, por ejemplo).
No sabemos cuándo ni cómo se producirá el cambio. Si será de manera lenta, o si se producirá de manera expansiva, empujada por factores externos. Quizás se produzca a través de una mayoría silenciosa que haya modificado su manera de consumir, o quizás venga propulsada por una industria imbuida de un compromiso y sentido de responsabilidad. Pero sí se cree que que el cambio vendrá de la mano de líderes pioneros en el mundo de los negocios, consumidores informados y concienciados, y administraciones públicas con visión de futuro.
*Crédito imagen portada: https://www.wsp.com/en-CL/insights/five-reasons-why-businesses-should-be-building-circular-economy-into-strategy

